la reina
del pacífico
A través de los aretes perdidos de dos damas de la ciudad colonial, le invitamos a conocer cómo vivían y quiénes eran…
Panamá fue el primer asentamiento europeo fundado en todo el litoral Pacífico de América, en el año 1519 y se conocía – en aquella época- como “La Reina del Pacífico”, por su esplendor económico, su estructura arquitectónica, su posición geográfica y su hegemonía política como la capital del Reino en tierra firme.
La ciudad representaba la corona española en ultramar y fue el centro de operaciones para la mayoría de las expediciones y exploraciones que se dieron hacia la conquista de Centro y Sur América.
En su apogeo, “La Reina del Pacífico” contaba con comercios, plazas, calles, conventos, un hospital, las dos ermitas de San Cristóbal y Santa Ana y una catedral.
Entre 1570 hasta su destrucción en 1671, se constituía como el Puerto de la Armada Real y también fue el enlace con las Ferias de Portobelo. Junto a las explotaciones mineras del sur, la movilización del oro y la plata, le dieron un auge comercial de importancia continental que definió al territorio como centro de tránsito mundial.
La mujer de Panamá en la época colonial
El papel de las mujeres españolas y las criollas, es decir las descendientes de los españoles, nacidas en el istmo que habitaban el hoy “Panamá Viejo”, entre 1519 y 1671, estaban fuertemente influenciadas por las normas sociales, culturales y religiosas impuestas por la corona española.
Por las condiciones propias de la sociedad de este período, ellas enfrentaron limitaciones y roles predefinidos, que correspondían con la visión patriarcal predominante de esa época.
Las mujeres eran garantes de las tradiciones, de los valores, de la fe, de las costumbres. Impartían la enseñanza de la música y las letras a los más pequeños de la familia. Se encargaban incluso de ayudar en la administración de los negocios y de otorgar, no directa ni oficialmente, asistencia política para garantizar una mejor sociedad a las nuevas generaciones.
La presencia de las mujeres en aquel tiempo contribuyó, de manera significativa, en diversos ámbitos, más allá de la conformación de la sociedad española en el continente recién conocido.
Ellas representaron una solución para la obtención de mano de obra en ciertos trabajos, ya que, ante la falta de hombres debido a las guerras de conquista y colonización, las mujeres tomaron roles para suplir esta escasez.
Así comenzó a surgir el papel destacado de la mujer en el ámbito laboral, fuera del hogar, incluyendo su participación en el servicio militar al trabajar en tareas como transporte de tierra y piedras, cuidado de heridos, entre otras responsabilidades. Esto demostró su capacidad y disposición para el trabajo y su importante papel en situaciones donde escaseaban hombres para ciertos trabajos.
En conclusión, la participación femenina en la economía dejó un marcado impacto en la productividad y en el tejido social, ya que algunas no solo se dedicaban al comercio de alimentos y vestimenta, sino que también gestionaban negocios propios. Todo esto subraya el valioso aporte de las mujeres en diversos aspectos de la sociedad de aquel tiempo.
Agradecemos al Patronato de Panamá Viejo este aporte histórico que comparten con los visitantes del Museo de los Aretes Perdidos.
Los invitamos a recorrer las plazas, edificios y el museo de Panamá Viejo, donde podrán observar en físico los “aretes perdidos de una dama de sociedad del siglo VII”.