En un viaje con mi madre a la ciudad de Padua, Italia, escudriñando entre los puestos de los artesanos, mi madre se fijó en un par de aretes de forma alargada, blancos, confeccionados con encajes almidonados.
Pensamos que ese bello arete era un excelente ejemplo de reciclaje para algunos de los encajes que teníamos guardados en las gavetas, nunca utilizados o de vestimentas en desuso y sin pensarlo dos veces lo compramos.
Al regreso a Panamá, participaron en una actividad de reciclaje y lo presentamos como sugerencia creativa. Para nuestra sorpresa al regresar a casa, solo encontramos uno de los dos aretes. La esperanza de ambas es que el fugitivo arete se usó en alguna actividad en la que se quería demostrar inspiración, para dar vida a los encajes guardados.
Arete propiedad de Amanda Destro.
La pieza se conserva con el tiquete de compra.
Año, 2010