Amo la esmeralda, de hecho, el primer anillo que pagué con mis ingresos es de oro y esmeralda, que aún conservo. Un amigo especial me obsequió estos aretes, junto con un dije piramidal, también de esmeralda, por mi cumpleaños.
Ambos compartíamos el gusto por esta piedra. Yo le había regalado una pieza de esmeralda en bruto, también en su cumpleaños. ¡Esta gema nos unía!
Conservo el arete porque me lo dio alguien especial y es mi recordatorio de la decisión que tomé en una difícil época de mi vida, a la cual sobreviví.
Fátima Machazek
Año, 2004.