Unas lindas argollas fueron el regalo de cumpleaños de mi esposo. Doy gracias a Dios por bendecirme con un compañero de vida, padre, hijo y amigo incondicional. Treinta y seis años después de nuestro matrimonio, aún somos novios. Mi arete se perdió en un viaje con “mis tesoros”: mi esposo Víctor y mis tres hijos Mariel, Marian y Tito; por primera vez, después de mucho tiempo pudimos reunirnos todos para acompañar a nuestra hija a cumplir su sueño universitario y de paso disfrutar de unas vacaciones. Aunque perdí mi querido arete, fue un gran momento de encuentro para nuestra familia.
Markelda De La Espriella
Año, 2010.