Museo de los Aretes Perdidos

Camafeo

Fue amor a primera vista. Me enamoré de él cuando lo vi en una vitrina y recordé que heredé de mi madre un prendedor huérfano, que le faltaban un par de aretes.  Solo me lo puse una vez y se perdió.  Lo conservo en honor a su memoria, hace más de 30 años.

Ayneth Cuéllar Cenci
Año, 1993.





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